lunes, 9 de mayo de 2011
Odio-los-espejos.
Hilarante ante el espejo. Triste ante el espejo. Decepcionada. Apabullada. Nunca, Hilarante. Te miraste y trataste de ver más, pero desertaste. No hay más. No. No hay. Más de eso, no. Nunca, Jamás. Hoy, aquí digo, control, digo cierra tus ojos e imagina. Cierra tus ojos y vé. Tu puedes Catalina, tu puedes. De nuevo. Conciencia dejame en paz. Tu misma, déjame. Ay, esta nulidad en el expectador, estas manos en los pies, me asfixio, se ahoga así como TU. Jamáspodríadejardepavonearmeodiarmesifueraasí. Pero, no lo es. Ostentosa la sonrisa maravillosamente iluminada y bendita. Magnificencia de la luz en la cara, blanca las palabras que no se dividen al pasar por sobre los dientes. Vaga ironía y acelerada ventaja por sobre el interes defraudado y despeñado. Analepica la vida que pasa por debajo del puente, analeptico es, mirarse al espejo y mirar el cielo. Hoy, aquí. Mañana, allá. Donde sea, cuando sea y en cualquier contexto. Desventurada, pálida, helada. Apagada. Puede ser que estés en contra de esto, pero ya verás que tengo razón, cuando puedas decir con total certeza: Estoy ambivalente. Catalina. Catalina. Catalina.... El nombre con el cual naciste ya está manchado, la del nombre olvidado, la del nombre que nunca fue. No lo sé. Estoy confundida. Caminaste por sobre lo movedizo y pensaste en eso. Te observaste, te comparaste con la persona que pasaba por tu lado, miraste el piso, derrotada, humillada, avergonzada por tí. Si, y ahora te diré que intestaste hacer! Intentaste olvidarlo! Así de mendaz osaste obrar, con el propio espejo que te muestra el reflejo de lo evidente ante tí. Continuando la dialectica de este dialogo que tienes con el espejo que está colgado en tu interior, fuiste una más de las que se miraron y chasquearon. No, una más. Evitalo, con las manos atadas en tu cabeza. ¡Muerdete la lengua!. O muerdete los labios... hasta que sangren. Unete. NO. Puede ser que ayer tu mente haya estado dispersa en errantes juicios y una errónea percepción (visión) de lo patente. Omnipresente lo enclenque, omnipresente la duda. La ceguera. Ablepsia padesco, lo sé y a sabiendas de aquello puedo asegurar que estoy en lo correcto. ¿Porqué no puedo dejar de sacar conclusiones imperfectas y comenzar a sentir la verdad en cada poro de la piel?. Pero dite, cual es esa verdad que tanto buscamos, hacia donde debemos dirigirnos, dónde terminará todo esto. Señales puedo distinguir, en cambio tu, tu siempre deambulas con planteamientos poco favorables para mi. ¿Esto es lo que quieres, verdad? ¿Es esto a lo que llamas libertad?. Dilo, ahora si que dilo. Gritalo si es necesario, autoflagelatelo en la piel, rasguñatelo con fuego y con el más filoso de los cuchillos; Gracias al espejo, Tú (yo) estás ambivalente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario